sábado, 27 de agosto de 2011

A mi gata le gusta el sado

¡No se vayan a creer! No es que haya probado meterle la polla a mi gata hasta que llore; no, no es nada de eso amigos. Lo que pasó hace unos días fue algo muy extraño para mí: estaba tumbado en el sofá viendo Los Simpsons cuando mi gata vino por detrás (por el reposa espaldas del sofá) y se me tumbó encima de mi barriga, yo la empecé a acariciar como un peluchito, por debajo del mentón que es donde más la gusta.
 Cuando me levanté para ir a mear ella saltó al suelo y sin querer le pise medio cuerpo, en vez de quejarse empezó a maullar como una perversa sexual, le dí dos tortas para ver si continuaba su holocausto de placer y así fue... NO PARABA DE MAULLAR DE ORGASMOS la muy viciosa cada vez que le pegaba con la mano, no soy mucho de ponerme a pegarle con un látigo mientras lleva una mordaza en la boca... por suerte no salí tan perturbado.
 Al día siguiente volví a probar para ver otra vez como empezaba a maullar de gustos, que asco, en ese momento me sentí zoofílico a más no poder sabiendo que le estaba dando placer a un animal...

La vida es así, no todo es color de rosa... gracias por leer este post amigo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mother of god..

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